viernes 4 de
septiembre de 2009
Entre
Santillana y Auswitzh
Entre Santillana y Benidorm me quedo con Torrelavega. Es un lugar anodino y además güele de pena, pero da la impresión de que
allí la gente tiene algo que hacer, o sea, que fluye la vida.
Porque es que, ¡leches!, qué manía le ha dado a la gente por santillanizarlo todo. Y en su defecto, Benidormizarlo. Balcones de madera, muros de piedra, muchas flores y, para redondear, un carro viejo o unas ollas de leche junto al umbral umbrío, así, todo en plan "un largo linaje", que ya saben lo que eso ayuda a levantar las autoestimas. Bloques y más bloques de cemento, ristras de pareados, hamburgueserías, pizzerías, bazares chinos... y, sobre todo, mucho puticlub para las urgencias vacacionales... que ya se sabe como le ponen a uno las playas.
Bueno, esa es una. Luego viene lo de la segunda vivienda en lugar paradisiaco. A donde se va a comulgar con el espíritu primigenio de la naturaleza. Eso sí, siempre en la compañía de los más allegados, que no falte nadie y corra la sangría y humee la paella. O la barbacoa, que pal caso... todo sirve para recocerse en la propia salsa.
Pero es que, además, tiene que ser en agosto, en pleno fragor de vírgenes y santos. Es decir, cuando ni dios puede dormir porque los coribantes y las bacantes han bajado del monte y han tomado las calles... hasta el amanecer, por descontado.
Bueno, habría que ser arquitecto-urbanista para analizar lo uno y sociosicólogo para pajear sobre lo otro. Yo ni una cosa ni la otra, pero ello no me impide plantearme ciertas preguntas:
¿De dónde sale tanto dinero para tanta mojiganga?
¿No sería mejor gastar un poco menos en tiestos y paellas y un poco más en educar a los chavales? Lo digo no por nada sino por la cosa de las pensiones, que si no tenemos una descendencia bien formada ya me dirán de dónde van a salir. A las PENSIONES me refiero.
¿Dónde reside la gracia de vacar siempre en el mismo sitio y entre la misma gente con la que bregas a todo lo largo del año? Y en guarida propia por demás, que se lleva desvelos y dineros de continuo para ser usada cuatro días que, por otra parte, suelen ser un infierno de trabajos domésticos.
En fin, perdonen que no me levante, pero es que, si me descuido, me lo tengo que tragar. Y, para más inri, puede venir el otro y contarte su último viaje a Marienbad.
Porque es que, ¡leches!, qué manía le ha dado a la gente por santillanizarlo todo. Y en su defecto, Benidormizarlo. Balcones de madera, muros de piedra, muchas flores y, para redondear, un carro viejo o unas ollas de leche junto al umbral umbrío, así, todo en plan "un largo linaje", que ya saben lo que eso ayuda a levantar las autoestimas. Bloques y más bloques de cemento, ristras de pareados, hamburgueserías, pizzerías, bazares chinos... y, sobre todo, mucho puticlub para las urgencias vacacionales... que ya se sabe como le ponen a uno las playas.
Bueno, esa es una. Luego viene lo de la segunda vivienda en lugar paradisiaco. A donde se va a comulgar con el espíritu primigenio de la naturaleza. Eso sí, siempre en la compañía de los más allegados, que no falte nadie y corra la sangría y humee la paella. O la barbacoa, que pal caso... todo sirve para recocerse en la propia salsa.
Pero es que, además, tiene que ser en agosto, en pleno fragor de vírgenes y santos. Es decir, cuando ni dios puede dormir porque los coribantes y las bacantes han bajado del monte y han tomado las calles... hasta el amanecer, por descontado.
Bueno, habría que ser arquitecto-urbanista para analizar lo uno y sociosicólogo para pajear sobre lo otro. Yo ni una cosa ni la otra, pero ello no me impide plantearme ciertas preguntas:
¿De dónde sale tanto dinero para tanta mojiganga?
¿No sería mejor gastar un poco menos en tiestos y paellas y un poco más en educar a los chavales? Lo digo no por nada sino por la cosa de las pensiones, que si no tenemos una descendencia bien formada ya me dirán de dónde van a salir. A las PENSIONES me refiero.
¿Dónde reside la gracia de vacar siempre en el mismo sitio y entre la misma gente con la que bregas a todo lo largo del año? Y en guarida propia por demás, que se lleva desvelos y dineros de continuo para ser usada cuatro días que, por otra parte, suelen ser un infierno de trabajos domésticos.
En fin, perdonen que no me levante, pero es que, si me descuido, me lo tengo que tragar. Y, para más inri, puede venir el otro y contarte su último viaje a Marienbad.
sábado 12 de
septiembre de 2009
Intelectuales
de izquierda o La madre del cordero
¿Ustedes quieren saber cual es la madre del cordero? Pues aquí la tienen:
"Todo comenzó con el triunfo absoluto del yo en el universo de los valores y la emergencia de su soberanía en la sociedad con la exaltación absoluta del sujeto, propulsor sin límites de la intimidad de masa, pero indisociable sin embargo de su vocación de triunfador social, derivada de su radical inscripción colectiva. Porque ésta es la extraña matriz de la ideología del individuo, en la que lo de uno, el sujeto en cuanto tal, es indiferenciable de lo de todos, su condición de producto social, y de ahí la lectura turbadora de la conjunción de lo público y lo privado. Conjunción en la que lo que se nos aparece como la expresión más acabada de lo propio, como lo más irreductiblemente de uno, es, al contrario, la materia subjetiva más contaminada por las determinaciones comunes que vehicula masivamente la sociedad. Determinaciones cuyo repertorio es muy limitado, en virtud, por una parte, de la propia limitación entitativa de sus posibilidades y, por otra, de la presión de la oferta real con que golpean los medios de comunicación, instrumentos privilegiados de la estrategia del vendedor, que domina el mercado y practican las grandes empresas."
Lo he encontrado en el Periódico Independiente de la Mañana. El más
leído según dicen. ¡Jo! Y el tipo que ha parido eso, que por lo visto es un
nota que enseña en las más prestigiosas universidades de Europa y parte del extranjero. Así que, visto lo visto, la
claridad de ideas, facilidad expositiva
y todo eso de los que más saben, ¿a qué extrañarse de que el mundo ande como
anda? Bueno, más que el mundo las izquierdas, es decir, los que se preocupan
del prójimo, reparten lo que tienen y detestan la agonía.
viernes 18 de
septiembre de 2009
Modelos incontestables
Comienza el curso escolar. El rey va a
Reinosa a decir la suya. Los "medios" se regodean con el padre que
agredió a una Directora en Vallecas. Llueve torrencialmente en el sur. Y la
nave va.
Bien, cada uno tiene lo que tiene porque no puede tenerlo mejor. Y no puede
tenerlo mejor porque no se puede dejar todo en manos de la diosa Fortuna. Para
ello, también hay que doblar el espinazo, gastar codos, irse pronto a la cama,
madrugar... y eso, ¡ay!, ¡por la gloria de mi madre, no puedo, no puedo...!
Así que, háganse
ya a la idea de una vez y no sufran por ello que también tiene sus ventajas: nuestro modelo
de sociedad no puede ser otro que el de "sexo, drogas y rock-and-roll". Ni tan mal.
Por poner un ejemplo, un suponer: una ciudad
de 200.000 habitantes. En verano, segundas viviendas mediante, roza el medio
millón. ¿A cuál de las dos cifras creen ustedes que se adaptará la
infraestructura discoteril, camelleril y hostelera en general? Pues a la
del medio millón, por supuesto. Y entonces, ¿cómo conseguir que toda esa
industria ejemplar no se hunda durante los once meses en que sólo hay 200.000
personas en la ciudad, la mayoría, todo hay que decirlo, jubilados? Pues muy
sencillo, hay que echar mano de todos los potenciales consumidores, estirando al máximo la permisividad con las edades de acceso al mundo
rutilante del sexo, las drogas y el rock-and-roll. Y así es que cada discoteca y bar de
copas despliega su ejército de parásitos por los alrededores de colegios e
institutos para repartir vales por una copa gratis entre las chavalucas y chavalucos
que salen de los centros, es de suponer, con las hormonas por las nubes.
Pero da igual si la ciudad es "mega" y la población estable. La
infraestructura del ocio necesita ser engrasada de continuo so pena de
renquear. Y por eso van los ayuntamientos
y organizan lo que eufemísticamente llaman "noches blancas". Bueno, a
lo mejor las llaman así por la cantidad de cocaína
que se debe consumir en tales eventos. O vete a saber. El caso es que la gente
se rasque un poco más los bolsillos y practique el lavantamiento de vidrio en barra fija y otros
deportes por el estilo.
Pero es que da igual cuan adversas sean las circunstancias. La ciudad de
200.000 con infraestructuras, por así decirlo, lúdicas, para medio millón.
¿Creen que las autoridades se arredrarán? ¡Quía! En un santiamén te lo ponen todo que parece el
campamento de Miramamolín en las Navas de Tolosa.
Y en cada tienda, en vez de guerreros del antifaz, un original establecimiento
hostelero. Es de cajón, si al personal le ofreces diversidad e innovación, el
personal pica. Porque no puede saber lo mismo un pincho de chorizo a la sidra
en, un suponer, la Bodega Cigaleña de
siempre que en una tienda del campamento de Miramamolín en las Navas de Tolosa.
En fin, ¿reflexionar sobre educación? Valiente gilipollez.
viernes 25 de
septiembre de 2009
DE
MADRID AL CIELO
Dos días en Madrid. Difícilmente se podría concebir una ciudad más estimulante. Obras por todas partes. Ruido, polvo, vallas, zanjas. A lo cual, añádase un tráfico infernal y colapsado. Casi dos minutos en rojo para veinte segundo en verde. Me refiero a los semáforos. Los peatones tienen que salir al galope cuando les toca el turno. Mayores e impedidos, absténganse. Un refinado fascismo. Y luego, si está cansado, ni se le ocurra sentarse en una terraza a tomar algo. Le abrasarán si osa hacerlo. La consumición más barata le importará tres euros y medio. Y, además, no se haga ilusiones, tendrá una rotaflex funcionando a menos de veinte metros. Bueno, del hotel, como dice el tango de las mujeres, mejor no hay que hablar. Los aparatos del aire acondicionado, todos sin excepción, meten ruido, supongo, porque están viejos y han cogido holgura. Entonces vas y apagas y abres la ventana… ¡oh, maravilla!, empiezas a oler a estofado de ternera. Es prácticamente imposible un lugar interior -lo solicitaste para evitar el ruido de la calle- en el que no evacuen los extractores de dos o tres restaurantes. ¡Pero es que, por el amor de Dios, existen dos metros cuadrados de Madrid en los que no haya un bar o un restaurante! Y todavía hay anuncios institucionales por todos los lados incitando a la población a poner más restaurantes. De chiste.
Entonces vas y dices, bueno, por lo menos en El Retiro podré
relajarme. ¡Ja! Un ejército de jardineros, aspiradora en ristre, está
recogiendo las hojas que el otoño incipiente se obstina en tirar al suelo.
Música demasiado contemporánea para mi gusto. Me largo.
Me voy a The Root, un restaurante de comida sincrética. Es de una cadena mejicana. Está bien. Arquitectura minimalista, trato agradable, pero… los perinquinosos peros que decía Gracián, la música disco está a todo trapo y es inevitable pensar que estás en un telar. Se lo hago saber al encargado, pero como llover en el mar. Pido la cuenta y me largo al hotel con la intención de echar la siesta. Algo duermo, hasta que el estofado de ternera me entra por las narices…
Un rato de paz visitando a la familia. Ellos viven allí, están acostumbrados. Lo sufren con paciencia. Tienen otros alicientes. No pocos sin duda. Y ya, supongo, han aprendido a esquivar los dardos de las lluvias inclementes… que a los provincianos nos pegan todos de lleno en plena jeta.
De noche ya. Siguen las zanjas y vallas, pero cesó la rotaflex y el polvo. Me meto en un vegetariano a ver qué se cuece allí. De la multinacional de la hipocondría. Las dos señoras de al lado, con sofocos, peroran sobre las virtudes psicoanalépticas de los tés que están tomando. Dos jovencitas mexicanas, al otro lado, hablan de chicos como si fuese una telenovela. La hamburguesa que pedí no sabe a nada. El chef, así, en plan El Bulli, viene a preguntarme que qué tal todo. Magnífico, le digo. Buena gana decirle la verdad, que ese tipo de hamburguesas vegetarianas son una verdadera mierda. Me voy calle Fuencarral adelante. Próximo ya a la Gran Vía un como enjambre de moscas se me acerca para ofrecer tarjetas que anuncian los más diversos servicios. “Chicas, entrada libre, 50% de descuento”. Gracias, estoy servido. La Plaza de Santa Ana es una verdadera apoteosis. Cada turista, calculo por lo bajo, tiene un mínimo de tres potenciales extorsionadores a su alrededor. No me dejan avanzar, me quieren hacer de todo. Masajes de todo tipo. Me largo para el hotel. Por la calle Echegaray da miedo. Todos esos gorilas e incitadores de los locales, de riguroso negro. Me dejan en paz. Debe de ser por la pinta. De intelectual de izquierdas acaso. ¡Uf! De Madrid al cielo
Me voy a The Root, un restaurante de comida sincrética. Es de una cadena mejicana. Está bien. Arquitectura minimalista, trato agradable, pero… los perinquinosos peros que decía Gracián, la música disco está a todo trapo y es inevitable pensar que estás en un telar. Se lo hago saber al encargado, pero como llover en el mar. Pido la cuenta y me largo al hotel con la intención de echar la siesta. Algo duermo, hasta que el estofado de ternera me entra por las narices…
Un rato de paz visitando a la familia. Ellos viven allí, están acostumbrados. Lo sufren con paciencia. Tienen otros alicientes. No pocos sin duda. Y ya, supongo, han aprendido a esquivar los dardos de las lluvias inclementes… que a los provincianos nos pegan todos de lleno en plena jeta.
De noche ya. Siguen las zanjas y vallas, pero cesó la rotaflex y el polvo. Me meto en un vegetariano a ver qué se cuece allí. De la multinacional de la hipocondría. Las dos señoras de al lado, con sofocos, peroran sobre las virtudes psicoanalépticas de los tés que están tomando. Dos jovencitas mexicanas, al otro lado, hablan de chicos como si fuese una telenovela. La hamburguesa que pedí no sabe a nada. El chef, así, en plan El Bulli, viene a preguntarme que qué tal todo. Magnífico, le digo. Buena gana decirle la verdad, que ese tipo de hamburguesas vegetarianas son una verdadera mierda. Me voy calle Fuencarral adelante. Próximo ya a la Gran Vía un como enjambre de moscas se me acerca para ofrecer tarjetas que anuncian los más diversos servicios. “Chicas, entrada libre, 50% de descuento”. Gracias, estoy servido. La Plaza de Santa Ana es una verdadera apoteosis. Cada turista, calculo por lo bajo, tiene un mínimo de tres potenciales extorsionadores a su alrededor. No me dejan avanzar, me quieren hacer de todo. Masajes de todo tipo. Me largo para el hotel. Por la calle Echegaray da miedo. Todos esos gorilas e incitadores de los locales, de riguroso negro. Me dejan en paz. Debe de ser por la pinta. De intelectual de izquierdas acaso. ¡Uf! De Madrid al cielo
martes 29 de
septiembre de 2009
Ruptura
y esfuerzo
Hay un muy merecidamente reputado intelectual en España que, cosas de la vida, se suele expresar en el órgano de la socialdemocracia o, por decirlo a su manera, el diario independiente de la mañana. Bien, lo de menos es el donde y lo de más el QUÉ. Y el qué es en esta ocasión que "la gravedad de la crisis en España esta relacionada con nuestra debilidad en educación y ciencia". Enumera una serie de datos incontrovertibles que avalan esa opinión. Luego, para terminar, sentencia la solución al problema: ruptura con el pasado y esfuerzo. Bueno, creo que en esta ocasión nuestro héroe se fue por las ramas. O, más bien, recurrió al tópico.
¿Ruptura con el pasado? ¿Esfuerzo? Deme usted pistas. Y no me cante la milonga esa de que hay que aumentar el índice porcentual de PIB que se dedica a esos capítulos. Eso lo saben ya hasta los tontos de tanto como se ha repetido. No, no, dígame usted qué hacemos por ejemplo con los toros, qué con los hábitos de ocio de la sociedad en general y de los jóvenes en particular.
Los toros, ¡ay!, intocables. ¡Con un par de cojones! Y a triunfar. Arte puro. La foto lo dice. Y sin necesidad de estudiar ni leer una sola línea. Sólo estar dispuesto a dejar el pellejo en el intento. Por hambre o por vanidad. Y siempre por la pasta. La esencia de una filosofía de la vida que todo lo impregna aquí, esta España nuestra que no cuadra las cuentas.
Bueno, pues a lo mejor esa ruptura con el pasado tan necesaria consiste en dejar los cojones a un lado y ponerse a cultivar el cerebro, ya saben, los libros y eso. Por poner un ejemplo. Un suponer.
Y el botellón. ¿Quién sabe? A lo mejor habría que cerrar el chiringuito a una hora prudente que mañana hay que estudiar. No por nada sino porque el saber nos hace libres y en los bares y similares, la experiencia dice que sólo se aprende a creer que se sabe mucho más de lo que en realidad se sabe que, a qué engañarse, suele ser nada. O sea, esclavos. A la vista está.
Ruptura con el pasado y esfuerzo, ¡menudo reto! Cerrar bares y plazas de toros. Cuarenta años atravesando el desierto.
lunes 5 de
octubre de 2009
Dr.
Mabuse, Moriarti, FuManchú... laboratorios Baxter.
La encarnación del mal. Ese personaje siniestro y escurridizo que persigue la destrucción del mundo. ¡Cómo le necesitamos! ¿Cómo explicarnos si no que pasen las cosas que pasan? Porque con lo buenos que somos nosotros... menos mal que existen los Sherlock Holmes y, en su defecto, monjas sabias, que si no...
El caso es que circula por ahí este vídeo que si bien es demasiado largo para ser visto y escuchado por quien no tenga paciencia, es decir, prácticamente toda la humanidad, no por eso deja de no tener desperdicio para los pocos Jobs que van quedando por el mundo. Yo, confieso, desistí hacia la mitad.
Les cuento. Para empezar la monja nos dice que aunque monja también es una mujer de ciencia. Nos hace pormenorizado relato de su impresionante currículum profesional. Luego, ya, ganada la credibilidad, nos habla de los virus. Unos, los de la gripe común, o los de ésta porcina que se nos viene encima, tienen una gran capacidad de propagarse, pero no son peligrosos. Otros, los de la gripe aviar, no son contagiosos, pero son mortíferos. Bien, pues el caso es que un laboratorio americano, Baxter, afincado en Austria, mandó a laboratorios de cuatro países vecinos para fabricar vacunas una inexplicable mezcla de virus porcinos y aviares, y, lo que es peor, los virus no estaban atenuados como es preceptivo en el material destinado a la fabricación de vacunas. ¡Se imaginan qué letal mezcolanza! Unos se encargan de la diseminación y otros de matar. La monja que, como científica que es, no quiere dejar cabo suelto, ni entra ni sale a opinar sobre ocultas intenciones, sólo se limita a contar lo que ha leído en la más prestigiosa entre las prestigiosas revista médica, The New England Journal of Medicine. Pero se pregunta: ¿cómo pudo ocurrir? ¿por qué esa mezcla? ¿por qué vivos? ¿querría alguien acabar con la mitad de la población mundial?
Pero eso no es todo. La OMS, esa agencia de la ONU encargada de los temas de salud, coincidiendo con la expedición de la citada mezcolanza letal, cambió la denominación de pandemia. Al proceso de diseminación de una enfermedad le cercenó su condición de mortífera con lo que cualquier gripe estacional de tres al cuarto adquiere la condición de pandemia. Consecuencia, la OMS ordena y los Estados -en nuestro caso el Estado español, según la monja- cumplen. Todo chichirimundi tiene obligación de vacunarse.
Conclusión: mezcla letal más vacunación obligatoria y ya tenemos resuelto el más grave problema que tiene el planeta: la superpoblación.
Bueno, a mí lo de la teoría de la conspiración siempre me había hecho gracia. Escuchar a Jiménez Los Santos o a Gabilondo perorar sobre el malo de la película tenía algo de ingenuidad, ternura... incluso si me apuran de imbecilidad, pero es que esto... ¡Una monja, por Dios! ¡Cómo no creer? Si además es científica.
Sigue
la crisis?
Bueno, me dicen que en Madrid hay mendigos por todas las
partes. Claro, si hiciesen caso a Nietzsche
les matarían y así "se acabó la rabia". Porque cualquiera diría que
seguimos en crisis. Cada día que pasa parece que todo está más animado. Everywere es plenty of
people enjoing
life. Perdón.
El caso es que ayer me entretuve un rato mirando la tele. BBC World en concreto. Era un debate sobre la crisis, su superación y todo eso. En Estambul y con la intervención estelar de la ministra francesa de la pasta, el presidente del FMI, uno de la Goldman Sachs, un historiador de la economía... gente toda a la que, ni que decir tiene, se le supone criterio. Franceses y anglosajones para resumir. Bien, pues, con criterio o no, franceses o anglosajones, la impresión que saqué fue que, al margen de las bellas palabras que todo el mundo sabe decir, estamos en las mismas de siempre, o sea, echándose las culpas los unos a los otros y ni por descuido dedicándose a trincar a los trincones y ponerles a buen recaudo después de haberles quitado todo lo que trincaron de tan malas maneras que nos han llevado a donde estamos... millones de parados y, los que trabajan, mayormente con la rotaflex.
O sea, franceses sosteniendo que la crisis llego por falta de Estado. Luego, para salir de la crisis, más Estado.
Anglosajones, que todo llegó porque el exceso de Estado lleva aparejado inevitablemente la corrupción y mal funcionamiento del Estado. Luego, la solución, menos Estado
Luego va Gordon Braun, anglosajón, pero de izquierdas, y nos viene con lo del "nuevo Orden Mundial", es decir, que hay que moralizar las instituciones. Eso sí, sin meter mano a los que las desmoralizaron... porque entonces, quién sabe, a lo mejor había que meterle mano a él por haber estado promoviendo una política demencial de la vivienda y sabe dios qué más.
Por no hablar de los políticos de toda calaña de Torrelavega, que todos sin excepción apoyan incondicionalmente a los obreros de una fábrica a punto de echar el cierre definitivo. ¡Que por apoyar no quede! Total, a ellos no les cuesta un duro y, de paso, ya se pegarán
algún papeo en restaurante de lujo a costa del apoyo.
Y tampoco conviene olvidar la traición de la que ha sido víctima Madrid. ¿Se imaginan las obras que se podrían haber hecho hasta el 2016 si no le hubiesen arrebatado los JJ. OO. ? Por no hablar de el después de los juegos, como en Barcelona, que doblaron el número de putas y hay curre para todas.
Yo, la verdad, ni idea. Me mantengo al pairo y eso es todo. Bueno, también rezo algo para que que no se desfonden las cajas de la S.S.
El caso es que ayer me entretuve un rato mirando la tele. BBC World en concreto. Era un debate sobre la crisis, su superación y todo eso. En Estambul y con la intervención estelar de la ministra francesa de la pasta, el presidente del FMI, uno de la Goldman Sachs, un historiador de la economía... gente toda a la que, ni que decir tiene, se le supone criterio. Franceses y anglosajones para resumir. Bien, pues, con criterio o no, franceses o anglosajones, la impresión que saqué fue que, al margen de las bellas palabras que todo el mundo sabe decir, estamos en las mismas de siempre, o sea, echándose las culpas los unos a los otros y ni por descuido dedicándose a trincar a los trincones y ponerles a buen recaudo después de haberles quitado todo lo que trincaron de tan malas maneras que nos han llevado a donde estamos... millones de parados y, los que trabajan, mayormente con la rotaflex.
O sea, franceses sosteniendo que la crisis llego por falta de Estado. Luego, para salir de la crisis, más Estado.
Anglosajones, que todo llegó porque el exceso de Estado lleva aparejado inevitablemente la corrupción y mal funcionamiento del Estado. Luego, la solución, menos Estado
Luego va Gordon Braun, anglosajón, pero de izquierdas, y nos viene con lo del "nuevo Orden Mundial", es decir, que hay que moralizar las instituciones. Eso sí, sin meter mano a los que las desmoralizaron... porque entonces, quién sabe, a lo mejor había que meterle mano a él por haber estado promoviendo una política demencial de la vivienda y sabe dios qué más.
Por no hablar de los políticos de toda calaña de Torrelavega, que todos sin excepción apoyan incondicionalmente a los obreros de una fábrica a punto de echar el cierre definitivo. ¡Que por apoyar no quede! Total, a ellos no les cuesta un duro y, de paso, ya se pegarán
algún papeo en restaurante de lujo a costa del apoyo.
Y tampoco conviene olvidar la traición de la que ha sido víctima Madrid. ¿Se imaginan las obras que se podrían haber hecho hasta el 2016 si no le hubiesen arrebatado los JJ. OO. ? Por no hablar de el después de los juegos, como en Barcelona, que doblaron el número de putas y hay curre para todas.
Yo, la verdad, ni idea. Me mantengo al pairo y eso es todo. Bueno, también rezo algo para que que no se desfonden las cajas de la S.S.
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