martes, 12 de enero de 2016

miércoles 11 de marzo de 2009

Sentido y sensibilidad

Hace unos días pude ver de una tacada en el canal de televisión ARTE los tres capítulos de "Sentido y sensibilidad". Si la película es una maravilla, la serie es, ya, puro recochineo. Desde las nueve menos cuarto hasta las doce con apenas dos minutos entre capítulo y capitulo, lo justo para ir al baño. Y todo el rato suscitando las más tiernas emociones, abundante secreción lacrimal incluida. No en vano han dejado los ingleses esa impronta civilizadora en el mundo, me decía. Francamente, pensé que sería muy difícil que alguien pudiese superar tanta belleza y profundidad en la exploración de los sentimientos. Pero estaba equivocado. Les cuento.



Resulta que últimamente he dado en pasarme de vez en cuando por la televisión vasca, no por nada, si no porque desde que los nacionalistas perdieron las elecciones aquello se ha convertido en una máquina de hacer chistes. Es como si estuvieran quemando las naves, pero con deportividad. Pues bien, lo de anoche me dejó con la sensación de que en cuanto a análisis de la condición humana no creo que sea posible llegar más allá de lo que estaba viendo en la pantalla. El programa en cuestión se titulaba:
El Conquistador del fin del mundo.

Creo que el escenario se sitúa en la Patagonia. Se trata de dos equipos que compiten en diversos juegos altamente edificantes todos ellos. Unos van de verde, los cóndores, y otros de colorado, los pumas. En medio, el árbitro a la sombra de una ikurriña que nunca deja de ondear al viento. La competición de anoche, o el primer round por así decirlo, no podía ser más ilustrativo si de lo que se trataba era de darnos una visión equitativa del porqué de las cosas que pasan en el País vasco. Era así:

Había colgado de un mástil, a entre un metro y medio a dos del suelo, un cerdo abierto en canal. Crudo, bien sur. Los participantes de los dos equipos tenían las manos atadas atrás. Su tarea consistía en arrancar a mordiscos la mayor cantidad posible de carne de la carcasa del cerdo y depositarlo en un plato que había en una mesa colocada allí al lado a tal efecto. Cada equipo a su plato, claro está. Al final se debían pesar ambos platos y el que más tuviese resultaría ganador. Pero no salieron bien las cosas. En la refriega, por lo visto, hubo empujones y todo tipo de juego sucio. Los presumibles perdedores, los cóndores, no dudaron en denunciarlo. El juez, siempre arropado por la ikurriña, dio por nulo el juego. ¡Menuda la que se armó! El capitán de los pumas empezó su perorata con un "cago en dios", inmediatamente seguido de una salva de cojones, tomar por el culo, hostias y demás, todo ello adobado con los consiguientes gestos entre amenazantes y obscenos... unos diez minutos o así duró el desahogo que sólo fue interrumpido por breves barridos de la cámara que se demoraban siempre en la ondeante ikurriña. A Dios Gracias, el capitán de los pumas no añadió a sus amenazas, como llegué a temer, los tiros en la nuca, las bombas lapa y demás zarandajas tan del país. En el entretanto, los participantes de ambos bandos, haciendo caso omiso de la que estaba cayendo, trataban de limpiarse con puñados de nieve la sangre que les chorreaba por la cara . En fin, que ¡qué divertido! Y qué sentido. Y qué sensibilidad. No me cabe duda, esa gente se merece la independencia que reclama. Mejor dársela hoy que mañana.

jueves 19 de marzo de 2009

La sobria elegancia de Chantal

Con el aire que lleva la Chantal... ya saben, que a nadie le puede extrañar que el pobre Papa no se le vaya de la cabeza la cosa del fornicio. Y además a pelo, qué caray.

Aunque, por otro lado, como dijo el clásico, donde no hay conocimiento, el hábito, o la imagen, califican. Quizá Chantal sea más tímida, ingenua, discreta y tal, que la mismísima Santa Teresita de Lisieu.

En fin, que nunca se sabe. Pero a la imaginación no hay forma de mandarla al paro.

 

 

 

Vidas paralelas.

No pretendo ocultar que mi deporte favorito es el "sillon-boll". Me puedo pasar horas y horas tirado en el sillón Poäng diseñado por Noboru Nakamura -muy en la línea Alvar Aalto- para la firma Ikea. Unas veces leyendo. Otras, cuando hay suerte, charlando con alguien que tuvo la amabilidad de visitarme. Y por las noches, sin casi excepción, con la mirada pegada a la pantalla, que, por cierto, ya no es pequeña desde que compré una LCD de 37 pulgadas. Bueno, debo confesar que en previsión de efectos secundarios indeseables, cuando pratico, me suelo incorporar de vez en cuando para ejecutar unas cuantas flexiones. Y les puedo asegurar que, de momento, las articulaciones no acusan más que lo que a la edad es achacable la temible rigidez.

Y en esas estaba cuando, de pronto, caí en la cuenta. ¡Leches, me dije, Euskal Televista y TSR -Televisión de la Suisse Romand- vienen, de un tiempo a esta parte, llevando vidas paralelas!
Ambas dos, están en un puro ¡Ay! La queja que no cesa. Víctimas de una injusticia, por así decirlo, de proporciones telúricas. Como cuando Cronos le cortó los cojones a Urano y los tiró al mar. Aunque no es previsible que ahora, de la espuma resultante del dislate vaya a surgir ni una Afrodita ni, ni siquiera, un afianzamiento del origen divino de los derechos inalienables de los pueblos elegidos, ya sea, bien Sabino Arana, bien Calvino, mediante.

Había que ver el otro día a Ibarretxe -de ahora en adelante Ibarreche a secas- afirmando con rotundidad desde el púlpito euskatélico, en español, claro está, que:"pase lo que pase, nosotros vamos a seguir gobernando este país". Como dando a entender que son ellos los que tienen las nucas españolas bajo su punto de mira... o algo así. Porque no puede ser que esté pasando esto... una gente que ni siquiera es de aquí... ni sabe lo que es copular con la madre... la madre patria quiero decir. De profundis clamavit, o algo por el estilo.

Lo de la TSR, es lo mismo, pero más como queriendo que parezca civilizado. Es como dicen que era aquello de los filósofos medievales que andaban todo el día a vueltas con la naturaleza de los universales y la individuación de las sustancias, cosa que les mantuvo tan desprevenidos que cuando se quisieron dar cuenta ya tenían a los turcos metidos hasta más allá de la cocina. Bien pues los de la Suisse Romande están venga y dale que si el "fraude" es esto y la "evasión" esto otro. La evasión, aceptable. El fraude, no. Aunque en los dos casos, bien sur, la pasta estará a buen recaudo en la caja fuerte de un banco suizo. Y el secreto bancario forma parte de nuestra identidad nacional, o sea, que es de origen divino. Así que no podemos bajo ningún concepto vulnerar ese principio so pena de excomunión. Aunque no nos oponemos a colaborar con los países demandantes, pero caso por caso, lo que determinen los jueces, fraude sí, evasión no... va para largo en definitiva.

Pero en esas que UBS, el mayor banco del mundo acaso, de matriz suiza por más señas, va y, con las subprime y demás, se pone en plan Titanic y no le queda más remedio que cantar de plano todos sus secretos si quiere que le echen una mano. 53000 señalados, no se sabe si por fraudes o evasiones, saltan a la luz y se ven obligados a cumplir con el fisco americano. Llorar y crujir de dientes. No es para menos, el 12% del PIB helvético proviene de ese choriceo conocido bajo el eufemismo de "secreto bancario", rasgo identitario por antonomasia, principio inalienable, gracia divina, etc..

En fin, que, con esto de la crisis, ya no se respeta ni lo más sagrado. Un puto maketo puede llegar a lekandary. Y un palurdo americano puede levantar el velo a una novicia helvética y no pasa nada. ¡Esto se hunde, señores!


lunes 23 de marzo de 2009

¡Que víiiiiva España!


Moratinos se oponía a la retirada de Kosovo y "no fue consultado"

Bien, ¿quién miente? Porque una cosa no puede ser ella misma y su contraria por mucho que las palabras se usen entrecomilladas. El Mundo dice que la apoya. El País que no. O viceversa, que para el caso es lo mismo. Porque, para mí, lo que cuenta aquí es la desfachatez que nos señorea. Importa tres carajos la verdad. El caso es tener bien alimentada de carnaza a la tropa afín. Que les gusta escuchar que por la noche luce el sol, pues nada, se les dice que luce y todos tan contentos. Al fin y al cabo los jerifaltes saben de sobra que éste es un país de castas. Y que las castas son impermeables entre sí. Los de la una, leen El País y El Mundo ni lo tocan por miedo a coger la peste. Los de la otra, ídem de lienzo, pero al revés. Y así es que sólo cuatro chalaos se enteran del fraude. O sea, irrelevante como clamor que pide cuentas. Y sin rendición de cuentas, ya me dirán qué pintamos aquí.

En fin, que qué podría hacer yo para conseguir que mis allegados no leyesen siempre "UN" periódico. Siempre el mismo para no sentirse traidores a la causa. ¡Menuda trampa!

Coda.- Mientras escribía este comentario, el periódico "El País" ha modificado su criterio. Da igual, podría haber sido "El Mundo". El caso es que no pide excusas por su error inicial.

Más coda.-
Este artículo si no imprescindible sí recomendable. Me parece, vamos.

jueves 26 de marzo de 2009

La luz y la tiniebla

En mi cotidiano repaso de la prensa digital, ¡extraña denominación!, me he topado con un artículo de García de Cortázar. Este señor, del que mucho tiempo después de haber leído su, a mi juicio, magnífica "Breve historia de España", me enteré de que es jesuita... y profesor en Deusto... y necesitado de escolta para que no le vuelen los sesos los nacionalistas vascos... y unas cuantas cosas más que, entre todas, contribuyen a hacer de él un personaje singular. En definitiva, que si encuentro algo escrito por él lo leo con atención porque es raro que no saque algo en limpio. Aunque sólo sea una bonita frase: «¡Oh generación desdichada! ... pasaste los días de la juventud no saliendo jamás de la repetición de las fórmulas.» Lo dijo Pasolini a propósito de nosotros, los jóvenes del 68.

El caso es que el otro día iba de excursión con Pedro e Isi por esos valles de las estrivaciones cantábricas y, entre los muchos asuntos traídos a colación, salió a relucir la película de marras. Mi impresión es que no tuvo malas críticas. De imparcial, creo que la tacharon. Yo, en boca callada no entran moscas, porque, por un lado no había visto la película, ni creo que la vaya a ver, y, por otro, el personaje ya hace mucho que me inspira una especial repugnancia.

El caso es que yo también le tuve pegado a la pared de mi habitación. ¡Aquellos maravillosos años! A buen seguro que procedía de las páginas de "TRIUNFO". Todos los que no estábamos "alienados" flipábamos con "TRIUNFO". Y no era para menos. Era otra cosa. Rompía tabús. Entreabría una puerta al mundo. Y, sobre todo, desplegaba una velada complacencia hacia todo lo que era exactamente lo contrario de lo que nos habían estado metiendo a calzador desde la noche de los tiempos. Qué duda cabe de que contribuyó en no pequeña medida a desasnarnos y mucho más que lo hubiese hecho si hubiéramos estado dotados de un mínimo de sentido crítico para apreciar el porqué de la admiración que nos suscitaba. Nadie podrá negar que para los más zotes, "TRIUNFO" supuso la biblia del progre. El adoctrinamiento a la contra en definitiva.

Posiblemente yo me encontraba entre estos últimos: entre los más zotes. Pero nunca olvidaré el hecho que me produjo el primer tambaleo. La lectura de "Un día en la vida de Iván Denísovich" de Aleksándr Solzhenítsyn. Un libro curioso que los rusos de Kruchef permitieron publicar para desacreditar a los rusos de Stalin. Contaba la vida, durante una jornada, de un prisionero en un campo de concentración ruso. Una cárcel de presos políticos para entendernos. Bien, aquello era más de lo que una mente retorcida pudiera imaginar. Los rusos, tan majos ellos, no por nada sino por comunistas.

Luego, encontrándome ya bastante escéptico al respecto, recuerdo haber leído un artículo de Juan Goitisolo que trataba de su reciente viaje a Cuba. No dejaba resquicio a la duda: aquello era una dictadura pura y dura, de la peor calaña imaginable. Me confirmó plenamente en mis suposiciones. No me caí del guindo porque ya estaba en tierra, pero acentuó mi rechazo a aquel paraíso de mierda.

Y luego, ya, para qué hablar de aquellos años de la transición, cuando me tocó convivir por razones de trabajo en los aledaños de una "célula del partido comunista". Gente que individualmente era incluso magnífica, se convertía en verdadera bazofia al encuadrarse en aquellos grupúsculos autodestructivos. Afortunadamente todo aquello se fue al garete en cuatro días. Por lo menos en su aspecto funcional. En el sentimental... no sabría que decir. A veces todavía escucho lo que suena a "no comparto, pero comprendo". Entonces, me da pena.

viernes 27 de marzo de 2009

Aquestas, Fabio, en otros tiempos famoso... De Alar a Frómista

 

Me he pasado la noche dándole vueltas a ecuaciones de números complejos. No conseguía resolverlas. Su forma binómica, la polar, la trigonométrica, todo se mezclaba. En definitiva, una especie de tortura china. Tendré que hacer algo grande si no quiero que mañana se repita, me he dicho. Así es que me he levantado, desayunado, metido unas mandarinas y unos frutos secos en una bolsa, he agarrado la bicicleta y me he lanzado a pedalear por los caminos de sirga que bordean el canal.















Anunciaban un día nublado con viento del norte. O sea, que ni me torraría con el sol y, para redondear, aprovecharía la fuerza motriz del viento de popa. Pero ni una cosa ni la otra. Todo el rato sol, un poco de calima, eso sí, y el viento, al principio casi inexistente, poco a poco se ha ido incrementando, pero del sur, por lo que los últimos kilómetros, ya cansado, han sido ciertamente desagradables. Menos mal que luego en Frómista me he metido entre pecho y espalda un menú de peregrino -no se lo saltaba un torero- que me ha sabido a gloria. Después he cogido el tren y he venido dormitando hasta casa. Más gloria.

Por cierto, en los casi sesenta kilómetros de recorrido, sólo me he encontrado a unos operarios que estaban poniendo a punto un barquito de esos con techo transparente, como los de Amsterdán o París, pero en miniatura. Por lo visto, alguien piensa ganarse una pasta paseando turistas. I+D. Pasado ya Osorno, una pareja de señores muy mayores, iban de paseo en calesa, sin cascabeles. Y llegando ya al final, una pareja de extranjeros que sesteaba en medio del camino y otra de barceloninos que parecían bastante derrengados. Me enteré de que eran de Barcelona, después, en la estación, mientras esperaba el tren.

Total, que mereció la pena. Y espero que por la noche el cansancio impida a los números complejos hacer de las suyas.

sábado 28 de marzo de 2009

Coge el dinero y corre

He aquí un articulo que trata de explicar cosas que pasan por estos pagos. El dichoso Sur que siempre anda pretendiendo dar lecciones a los bárbaros del Norte.

Bueno, yo ya hace mucho que vengo pensando que con un Dios misericordioso, una Santísima Virgen intercesora, un Sagrado Corazón henchido de piedad, etc., etc., no hay democracia que valga. Y, encima, si después, necesitas oficiar bajo un baldaquino de Bernini para inspirar respeto, entonces, ya, no te queda otra que coger todo el dinero que puedas y salir corriendo.

Diga lo que diga, quien quiera que sea el que lo diga, a mí no me van a quitar de la cabeza que hay algún tipo de relación entre el tipo de religión predominante y las tasas de corrupción. Y corrupción y democracia... difícil me lo ponéis.

Sí, estoy convencido, si quieres democracia necesitas un Dios implacable. Como el de la Biblia. Bien que lo intuyó Lutero cuando el incremento de las capas burguesas empezaba a hacer inviable la convivencia según los viejos principios. El burgués, al tener poderes, muchos poderes, es un peligro potencial que hay que tener sometido a estrecha vigilancia. Y si la hace, la paga. Y de nada le servirá parapetarse detrás del baldaquino. Dios le verá igual y le cobrará su cruel peaje. De ahí el puritanismo. El puritanismo que hace funcionar las democracias.

Ya lo había oído, en las democracias del norte, cuando hay cambio de partido en el poder, el número de personas que cambian de puesto de trabajo por tal motivo no llegan ni a doscientos en el peor de los casos. !Comparen con lo de aquí! Cuando ganaron los socialistas en el 82 fue como un movimiento telúrico que no dejó títere con cabeza. En el hospital que trabajaba cambiaron de puesto hasta los últimos escalones de la jerarquía. Ni un sólo simpatizante de la causa progresista dejó de ser recompensado. Hubo un caso que me conmocionó. La secretaria del director, una mujer de mediana edad, competente, discreta, elegante, culta, que había servido a diferentes directores sin más recompensa que repetidos elogios, fue apartada del cargo para dar paso a una chiquita, maja ella, mona, apodada "la roja" por más señas, no por nada sino porque venía siendo militante del partido comunista desde tiempo atrás por tradición familiar.

En fin, lecciones que da la vida. Lo dice y lo repite uno de los "proscritos" porque se lo enseñó una vecina cuando era niño: "Aquí el que no jode ni roba es porque no puede". Y para poder las dos cosas, si eres un pringao, lo mejor, qué duda cabe, ponerte a militar en un partido político... de un país católico... y no digo musulmán porque en esos ni partidos hay.

sábado 4 de abril de 2009

La cumbre de la crisis... y las risas.



Pues, señores, la cosa estará todo lo mal que ustedes quieran, pero cualquiera lo diría a la vista de lo que se ríen quienes, por sus altas responsabilidades, debieran estar con cara de muy pocos amigos y destilando preocupación por todos los poros de su cuerpo. Ríen y ríen y ríen, aunque no sepan de qué, como es el caso de nuestro ínclito Presidente Zapatero. ¿De qué coño se ríe si no entiende una palabra de lo que Obama dice a ese señor con tan buena facha que está al lado de la Sra. Merkel? ¿Será, acaso, que el fotógrafo les ha pedido que digan sin parar "patata, patata, patata..."? O a lo mejor es que Zapatero es como Ficherle, aquel inolvidable personaje de una novela de Canetti que iba a idioma aprendido por tarde.



Y luego, la "mano tonta" de Sarkosy. Aprovechando una distracción de Obama que le está diciendo algo importante a no se sabe quién, va y pone cara de sátiro mientras le da una pasadita a su "oíslo" por el culo. ¡Está feliz el tío! Y eso que nos había prevenido contra cualquier frivolidad. Si no se llegaban a no sé qué clase de trascendentales apaños en la cosa financiera, el se levantaría de la silla y les dejaría a todos con dos palmos de narices, había amenazado. Supongo que podemos estar tranquilos porque no se ha levantado y se le ve radiante. ¡Buena señal!

Ahora que los que están que se salen son los del trío de la bencina. Ahí tienen al Dmitry Medvedev ese, tan feliz con los que, según nos dijo hace un par de días, le están amenazando. Pero los rusos, ya se sabe, unas copitas, y como la seda. Y Berlusconi, como si estuviese celebrando que el Milán acaba de ganar su enésima Copa de Europa. Y el bueno de Obama, contentísimo de haberse conocido y haciéndonos la señal de "¡de puta madre, tío!". Ahora que, del que no me fío un pelo es del moro de la chilaba. Esa sonrisa medio sardónica me da muy mala espina. Y, para más inri, resulta que es el que tiene la pasta. No me vais a sacar ni un duro, debe de estar pensando. Y el chino, que tiene una pinta de blando...


Y como de todo tiene que haber en la viña, donde hay risas, también, por necesidades del contrapunto, tiene que haber algún llanto. Y ahí tenemos al chico que chorrea sangre. Me da la impresión de que es como aquel obrero que decían había en el OPUS DEI, que le enseñaban en todos sus congresos para demostrar su pluralismo social. Bien, pues en todos los informativos que he visto, de la BBC a la CNN, pasando por France 24 o TVE, siempre ha sido el mismo tío el que chorrea, no sabemos si sangre o tomate o qué. Sin duda, estará viviendo momentos de gloria.

Y mientras tanto, el personal de a pie pensando en cómo refinanciar los intereses de la deuda, comisión de apertura incluida. ¡Jodida realidad!


martes 7 de abril de 2009

Para pararse a pensar


No es por nada, pero
cuando la realidad se impone no queda más remedio que doblegarse ante ella.
Hace años, diez acaso, me vi en la tesitura de tener que vivir en un idílico rincón de la Serrelada Central de Cataluña, justo donde confluyen tres provincias, Tarragona, Lérida y Barcelona. Bien, pues no necesité mucho tiempo para caer en la cuenta de que aquello no me iba en absoluto. Y no sólo, o precisamente, por estar rodeado por todas partes de catalanes de los de por la Gracia de Dios, orgullosísimos de serlo, e infatigables militantes de "la causa", no, no era mayormente por eso, que de tal me hallaba ya casi vacunado. La madre del cordero estribaba en algo de muy difícil reparación y que para no cansar les expondré reproduciendo la carta que envié a la Vanguardia y que, para mi sorpresa, publicaron. Rezaba así:

Aromas de interior
El asunto del nunca suficientemente bien ponderado medio ambiente es peliagudo de verdad. Sufro mucho viendo las agresiones al entorno, más aún ante la indiferencia de quienes debieran impedirlas y de la sociedad en general, que pasa de malos rollos. ¡Ahí están los ecologistas, que no cesan de alertarnos con sus negros presagios!

Sí, pero después de leer el tan informado y juicioso artículo de Xavier Sala i Martín Los mandamientos de la ley de Dios (17/VI/2004), me paso por el Arco del Triunfo las funestas premoniciones y tomo la determinación de preocuparme sólo por lo que me concierne. A saber. Muy cerca de mi casa, justo en el corazón de Catalunya, alguien ha puesto un a modo de asedio de mierda. Sí, sí, de mierda; mierda a levante, mierda a poniente, mierda por el sur, mierda por el norte. No tengo escapatoria: si sopla mestral, malo; si es la marinada, peor; y la tramuntana ya ni les digo. Tan es así que, de haberse pronunciado el sermón de la montaña por estos lares a buen seguro que el orador habría añadido a la lista de bienaventurados a los que padecen anosmia, porque de ellos es el privilegio de gozar sin trabas de todos estos parajes sin par a menos de una hora de Barcelona.

Me he gastado una millonada en ventanas de cierre hermético, pero ni así; el hedor tiene tales propiedades invasivas que se cuela hasta por las rejillas del gas y, como es aconsejable ventilar, entonces, de no darse un anticiclón de las Azores de esos que dejan el aire en suspenso, ya la tenemos armada.

En fin, una delicia. Así las cosas y por pensar que lucho por lo mío, pregunto a Xavier Sala i Martín, que ha demostrado que de economía sabe un cacho: ¿es tan rentable todo este enmierdamiento del campo catalán? ¿No impide este tipo de explotación agropecuaria el desarrollo de otras actividades con más valor añadido? Querría saberlo para orientar mi futuro y con esa información saber si debo poner pies en polvorosa.

Bellmunt de Segarra

Bueno, les aclaro que Xavier Xala i Martin es la creme de la creme de los economistas nacionalistas catalanistas que achaca todos los males de la economía catalana a los ecologistas, arbitristas, etc., etc., pero sobre todo a los españolistas que impiden la creación de un Estado Catalán libre de ataduras.

Bien, dicho lo dicho, y aclarándoles que por fortuna pude escapar de allí, dejando, eso sí , los olores tal cual allí se estila, "Aromas de la Segarra", les quiero añadir que, por mi parte, suelo comer tan poco cerdo que si en toda España hubiese mil o dos mil de ellos a repartir entre todos, yo no vería disminuida mi ración. No por nada, sino porque no me tira mucho. Y ese jamón patanegra que me pudiera tirar, me lo tiene prohibido mi religión. A la económica, me refiero.

Por lo demás, aquí le dejo
este simpático vídeo. Cosa de ecologistas. Tan cenizos ellos.



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