viernes 17 de
octubre de 2008
Lorca
Siempre me he preguntado si la importancia que se da a la
obra literaria de Lorca sería la misma
si no le hubiesen matado los "nacionales". Y, ya, por añadir otro
matiz nada despreciable, si no hubiese sido homosexual. Nunca lo podremos
saber. Supongo que tendrán que pasar varias generaciones más para que las aguas
vuelvan a sus cauces y se hagan transparentes.
A mí, la verdad, no me parece nada del otro mundo. Lo mismo que otras lumbreras españolas contemporáneos del interfecto. Reconozco, eso sí, la enorme labor de divulgación cultural que llevaron a cabo los señoritos de la Residencia de Estudiantes. En el país de los ciegos... bueno, de todos aquellos, para mí que, el único que no era tuerto era Buñuel. Él si que veía con los dos ojos y de qué manera. Quizá, entre otras cosas, porque eligió para expresarse el medio más adecuado a la época en que vivió.
Pero bueno, a lo que iba es a lo que está de rabiosa actualidad: la conveniencia o no de remover los huesos de tan mitificado personaje. El ABC lo ve así. Y El PAÍS, así. Por supuesto, el conservador lo resalta en lugar preeminente y el progresista lo esconde entre la hojarasca: detalles sin importancia.
Claro, como en España no hay nada importante de lo que ocuparse, echamos mano de Gibson, ese irlandés de pro, para que nos amenice la molicie. Y si no hay bastante con eso, da para medio telediario disquisicionar acerca de los alerones del último avión que se vino abajo en Barajas. Nos lo pasmos bomba con unas cosas y otras. Y al que no tenga suficiente, que se entere que la Duquesa de Alba ha ido a pedir permiso a la Reina para casarse con quien le dé la gana.
En fin, volviendo a lo de los huesos, y toda esa escatología que ameniza las sobremesas del respetable, yo me quedo con lo de Jacobus. Porque mira que hay que ser chusma para ponerse ahora a pedir explicaciones sobre lo que hicieron a mi abuelo... ¿y qué hay de lo que hicieron al mío?, dirá entonces cualquiera con toda razón. Yo también quiero que me le rehabiliten. Sí, pero al tuyo ya lo rehabilitó Franco. Pero no me sirve, yo quiero que le rehabilite la democracia... al ser posible con indemnización mediante. País...
A mí, la verdad, no me parece nada del otro mundo. Lo mismo que otras lumbreras españolas contemporáneos del interfecto. Reconozco, eso sí, la enorme labor de divulgación cultural que llevaron a cabo los señoritos de la Residencia de Estudiantes. En el país de los ciegos... bueno, de todos aquellos, para mí que, el único que no era tuerto era Buñuel. Él si que veía con los dos ojos y de qué manera. Quizá, entre otras cosas, porque eligió para expresarse el medio más adecuado a la época en que vivió.
Pero bueno, a lo que iba es a lo que está de rabiosa actualidad: la conveniencia o no de remover los huesos de tan mitificado personaje. El ABC lo ve así. Y El PAÍS, así. Por supuesto, el conservador lo resalta en lugar preeminente y el progresista lo esconde entre la hojarasca: detalles sin importancia.
Claro, como en España no hay nada importante de lo que ocuparse, echamos mano de Gibson, ese irlandés de pro, para que nos amenice la molicie. Y si no hay bastante con eso, da para medio telediario disquisicionar acerca de los alerones del último avión que se vino abajo en Barajas. Nos lo pasmos bomba con unas cosas y otras. Y al que no tenga suficiente, que se entere que la Duquesa de Alba ha ido a pedir permiso a la Reina para casarse con quien le dé la gana.
En fin, volviendo a lo de los huesos, y toda esa escatología que ameniza las sobremesas del respetable, yo me quedo con lo de Jacobus. Porque mira que hay que ser chusma para ponerse ahora a pedir explicaciones sobre lo que hicieron a mi abuelo... ¿y qué hay de lo que hicieron al mío?, dirá entonces cualquiera con toda razón. Yo también quiero que me le rehabiliten. Sí, pero al tuyo ya lo rehabilitó Franco. Pero no me sirve, yo quiero que le rehabilite la democracia... al ser posible con indemnización mediante. País...
sábado 18 de
octubre de 2008
Franquista
de corazón
Titanes fueron los primeros dioses, de cuando aquella famosa Edad Dorada que alimentaba los sueños de Don Quijote. Los Titanes eran la leche: comían a sus hijos, los vomitaban, castraban a su padre, lo que fuese con tal de que todo permaneciese tal cual, en una especie de limbo. Vana ilusión. El diablo siempre acaba por enredarlas y, así, nadie pudo impedir que los Titanes engendrasen a los Olímpicos. Es decir, que de las tinieblas del inframundo, tarde o temprano, siempre acaba por brotar la luz de la razón... y, con ella, el "mío" y "tuyo" que tanto fastidiaba al citado Don Quijote. Mío, tuyo. Bueno, malo. Y, sobre todo, franquista, antifranquista. Una verdadera mierda todo. Necesitamos urgentemente Titanes que nos devuelvan a la feliz Edad Dorada.
Por cierto, no se preocupen, en el horizonte apunta una nueva luz, Garzón, Titán a parte entera, por más que se empeñe en desmentirlo ese bamboleo de sus glúteos de nata cuando sube al trotecillo las escaleras de la Audiencia Nacional. Ya digo, no se preocupen, que detrás de esa flojera de carnes se esconde un brazo de hierro. Él acabara con los franquistas y todo volverá a la pureza primigenia.
Aunque, ahora que lo pienso, ¿no estará acaso atacado de quijotismo este juez? Porque vamos a ver: ¿dónde están los franquistas? ¿Los hubo alguna vez? Me temo que todo este asunto ha sido una invención de mentes malignas. Me explico: allá por los años ochenta viví una temporada en el País Vasco y ni el menor rastro de franquista de viejo o nuevo cuño por ninguna parte. Luego me fui a Cataluña y, allí, para qué hablar, la duda ofende, todos a una venga a darle a la "botifarra amb monchetas". Pero es que, luego, me vine para Castilla-León y, nada, ni por asomo: sólo demócratas de toda la vida.
En fin, que tras tan lastimero parcours he dado en pensar que lo mejor va a ser que me declare "franquista de corazón". No por nada, sino sólo para que el Titán Garzón tenga de dónde echar mano y no se precipite en la locura... que ya saben las barbaridades que puede legar a hacer un Titán si se le buscan las pulgas.
Yo franquista de corazón, unido en cuerpo y alma al tirano por los siglos de los siglos... y no por nada, sino por el cemento que más pega, es decir, la común condición de seres despreciables donde los haya.
Coda.- «Nous sommes assez méprisables»
Bruxelles, le 26 janvier 2008
Cher Bernard-Henri Lévy,
Tout, comme on dit, nous sépare - à l'exception d'un point, fondamental: nous sommes l'un comme l'autre des individus assez méprisables.
Michel Houellebecq
lunes 20 de
octubre de 2008
Pantalone
A la Canciller no le gusta.
Oye, no me extraña, a mí tampoco me gustaría. Si alguien me cae, por así decirlo, en plan baboso, pues, lo justo y estrictamente necesario.
Y Sarkozy no me gusta un pelo. Y no porque vaya todo el rato por ahí con esa ridícula pretensión de apabullar a golpe de la grandeur de la Frangggggg. Eso también lo hacía su antecesor, Chirac, que todos sabíamos que era un cantamañas, pero que no dejaba de tener su gracia. Y sabía estarse quieto cuando era necesario.
Porque es que este chisgarabís ni que tuviera el baile de San Vito. No hay músculo que deje en reposo más allá de lo que dura un ¡ay! Y lo de mantener la mirada hacia su interlocutor, de todo punto imposible. Y si es interlocutora, ni te digo. Eso sí, en el interín no deja de sobar. Y a la Merkel le jode. Y no porque sea protestante, como dicen los de su Embajada en París, no, le fastidia porque no le gusta el tipo. Y se venga llevándole la contraria en todo y dejando la grandeur de la Franggggg por los suelos.
Ahora que, para asco el que se reflejaba en la cara de Cecilia Albeniz y Demashierbas cuando Sarcozy en plan "padrino" iba presentando a su familia el día que fue elegido Presidente. Ya se vio entonces que la tal Cecilia no le iba a durar ni dos telediarios. Rercuerdo que le toco la cara en un gesto completamente absurdo. Una pantalonnade que dicen los franceses.
Y ahí esta el caso, que los franceses, gente culta donde la haya, hace ya mucho que se dieron cuenta de que los políticos en general, y el Presidente en particular, no sirven absolutamente para nada que sea serio y, por eso, ya que le pagan, por lo menos que sepa hacerles reír y darles de qué hablar con sus pantalonnades... que no tiene nada que ver con que el sujeto en cuestión lleve pantalones. No la cosa viene -ya digo que los franceses son muy cultos- de un personaje de la Commedia dell´Arte, PANTALONE, un crédulo y viejo mercader, que intentaba disfrazar su edad para atraer a las mujeres llevando ropas ajustadas turcas.
En fin, ya digo, il teatri dil mondo.
lunes 20 de
octubre de 2008
Tolerancia
multicultural
He aquí una entrevista que me ha parecido que merece la pena leer.
Bien no puedo estar más de acuerdo con todo lo que dice este señor en la entrevista. Y precisamente por ello no se me ocurriría leer el libro que ha escrito. ¿Para qué habría de hacerlo? ¿Para autoafianzarme en mis convicciones? No, prefiero gastar el tiempo con libros que me desmientan de vez en cuando. Así, supongo, me tendré que parar a reconsiderar ciertas cuestiones que me apuntalan como individuo. Que ese es el intríngulis de la cuestión: pensar, pensar, pensar. Me lo decía el otro día una profe de matemáticas cuando andábamos escalando los farallones del Laberinto del Asón. El problema es, argumentaba, que los chavales no quieren pensar. La gente, en general, no quiere pensar.
O sea, que todo lo que pasa, posiblemente no sea a causa de la imbecilidad de las izquierdas, que sí, ni de las derechas, que también -hemipléjicos morales todos ellos al fin y al cabo-. Más bien, creo, sea debido a la molicie imperante en nuestro mundo desde ya hace demasiados años. Molicie y pereza mental, todo es una. Y la pereza mental de lo primero que hace abominar es de la condición de individuo.
Constituirse como individuo, esa noble aspiración por la que lucharon todas las cabezas pensantes que destacaron desde la noche de los tiempos. Y por eso se avanzó. Y ya casi lo habíamos conseguido: un mundo de individuos solitarios y, por tal, capacitados para ser solidarios, es decir, miembros a parte entera de la comunidad universal. O, lo que es lo mismo, seres esforzados, dispuestos a lo que sea necesario por defender su libertad.
Y ahí reside la enfermedad, que casi nadie hoy en día quiere eso. Prefieren camuflarse en la fronda de los pueblos o minorías oprimidas para seguir zampando a dos carrillos sin tener, para ello, que comerse el coco. Una regresión, en definitiva, hacia el estadio tribal de la evolución humana... tan querido y aprovechado, por otra parte, por los listillos de turno con habilidades embaucadoras: las utopías románticas y todo eso.
Hasta que llega la crisis y entonces: todo se resuelve a hostias. Suerte de bombas atómicas, que si no, sabe Dios la que se habría armado a estas alturas.
Perdonen mi osadía.
jueves 23 de
octubre de 2008
Aristóteles
Yo, desde luego, no sé nada de lógica. Ni de lógica ni de nada. Quiero decir, de nada que sirva para cosa buena. La Bruyere nos veía así a la gente como yo: "les petits sont quelquefois chargés de mille vertus inutiles; ils n´ont pas de quoi les mettre en ouvre."
Pues bien, una vez depositada mi declaración de principios, me apresto ahora a poner en juego una de las mil virtudes inútiles que me adornan, la de filósofo "a la violeta", es decir, que más que por haber estudiado a fondo la ciencia de Aristóteles, razono por las intuiciones producidas al escuchar atentamente a los colegas mientras tomamos cañas en cualquier bar, ya sea de moda o de toda la vida.
Así, escuchando, he podido entrarme que hay una cosa que se llama silogismo. Es como un juego: tu dices, por ejemplo, todos los españoles son cojonudos (premisa mayor), yo soy español (premisa menor), luego yo no puedo ser otra cosa que un tío cojonudo (conclusión). ¡Ven qué fácil es pensar como Aristóteles manda! No exige otra cosa que asegurarse de que las dos premisas, mayor y menor, no contienen el menor resquicio de duda respecto a su veracidad. Y, por supuesto, que la mayor contiene a la menor, porque si no... así cualquiera.
Y ahí reside el descojone de la cojonudez de todos, o casi todos, los españoles, que como tomamos tantas copas, pues ya saben, exaltamos la amistad, cantamos a la patria chica, tuteamos a la autoridad, insultamos al clero y, en definitiva, largamos como descosidos sin tener otra cosa en cuenta que la de caer en plan guay del Paraguay a los colegas. Y ese es el quid de la cuestión, que con tanto cojonudismo cualquier lugar común simpático nos sirve de premisa incontrovertible para hilar una conclusión que caiga como gloria bendita al personal circundante.
Ejemplos:
En la barra de El PAÍS se suele escuchar:
Abu Ghraib y Guantánamo son americanos (premisa mayor).
Abu Ghraib y Guantanamo son malísimos (premisa menor).
Luego los americanos son malísimos y tienen la culpa de todo lo que me pasa (conclusión).
En la barra del ABC:
Zapatero es un inútil (premisa mayor).
Zapatero es socialista (premisa menor).
Luego todos los socialistas son unos inútiles y tienen la culpa de todo lo que me pasa (conclusión).
En la barra de La Vanguardia:
España roba a Cataluña (premisa mayor).
Cataluña no es España (premisa menor).
Luego tú, que eres español, me estás robando a mí , que soy catalán, porque me estás apuntando con tus cañones y, por lo tanto, tú tienes la culpa de que mi mujer me la pegue (conclusión).
Coda.- "para un español cojonudo una premisa no es nada más que una opinión repetida mil veces"
viernes 24 de
octubre de 2008
BenditoTsunami
Me gustan las revoluciones, eso sí, siempre y
cuando sean silenciosas, es decir, de esas que a la chita callando se la meten
doblada a los prepotentes que andan jodiendo la marrana y haciendo la vida
difícil, por no decir imposible, a los que menos se lo merecen. Y por eso hoy
estoy contento, porque andaba hurgando por aquí y por allá para matar la mañana
y, de pronto, he ido a caer sobre un artículo que me ha dado una visión de la crisis inédita y sumamente interesante.
Crisis, crisis, crisis, resuena por todas las parte. Pues no, mire usted, de crisis nada. Es una revolución con todas las de la ley que va a terminar con unos privilegios que ya hace mucho venían siendo insoportables para la mayoría. Unos privilegios que vienen detentando con cochambrosa soberbia las clases carcamales. Sí, sí, esa que se pasa el día bailando pasodobles o lo que sea en Benidorm. Ellos tienen el sueldo asegurado y un patrimonio de aquí te espero. Bueno, dirá alguien, pero será porque se lo han trabajado. ¡Quiá! Compraron una propiedad hace treinta años y, por mor de la especulación imperante, su valor se ha multiplicado por ochenta. En el mismo tiempo los sueldos apenas se han multiplicado por diez. Se dan cuenta de lo irracional del asunto.... y por eso es que el factor ochenta ya ha empezado a bajar, y está en sesenta, y pronto se acercará al diez del que nunca debiera haber pasado... y entonces los jóvenes podrán empezar a llevar una vida normal, incluyendo en la normalidad su propensión a procrear, que es lo que más se necesita para que la máquina no pare. Y entonces los jubilados se tendrán que conformar con bailar como los borrachos en el cementerio con la luz apagada y en compañía de Mariluz.
¿Pero no eres tú uno de esos jubilados?, me preguntará alguien. Sí, pero yo siempre he sido cigarra: mientras otros acumulaban, yo tocaba la guitarra. No tengo patrimonio que perder y sí en cambio dos hijas y unos cuantos amigos jóvenes que sí tienen mucho que ganar.
Pero lean, lean el artículo de Le Monde porque, si no, no van a entender nada de lo que he querido decir.
domingo 26 de
octubre de 2008
I+D en el
G1
"Tenemos que estar en esa cumbre -breve pausa meditativa- y vamos a estar". Eso es lo que ha dicho nuestro Presidente. Así se habla, con dos cojones. Y luego ha añadido: "Porque tenemos ideas que tienen que escuchar. Será en el G1, en el G5, o en el G20, pero nos van a tener que escuchar". Bueno, se ve que ya tuvieron lugar aquellas dos famosas tardes que Jordi Sevilla iba a dedicar a poner al Presidente al corriente de lo que hay que saber de economía para desempeñar el cargo... e incluso, por lo que se ve, para dar lecciones a los líderes extranjeros. Aunque, a lo mejor, mucho me temo, nos vamos a tener que conformar con que nuestro Presi acuda al G1, o sea, es decir, que va a poder solventar la cosa desde el sofá de su casa.
Y es que es verdad, aquí en España sobran ideas por todas
partes. Se podría decir que hay I+D hasta en la sopa. Hoy sin ir más lejos, voy
en mi paseo cotidiano hasta Herrera ¿y qué me encuentro allí? La fiesta de la
exaltación de la patata. Pero hace cuatro días fue la de la exaltación del
cangrejo. Y, en el ínterin, las fiestas de La Piedad. Y todo lleno de
tenderetes que quitan y ponen con menos pereza que si se tratase de bajar
bragas. Y en Alar, más tenderetes para la feria del Pilar, la de la Olla
Ferroviaria, la de San Luis. Y todo en menos de un mes. Y en los tenderetes, en
lugar destacado, el escudo de Palencia con su inolvidable anagrama:
"Palencia, armas y ciencia"
Porque es verdad, ciencia es lo que sobra aquí. E innovación. Y espíritu emprendedor. Es que no hay semana que en un radio de menos de diez kilómetros no podamos disfrutar de un alarde culinario. Patatas guisadas de mil formas. Cangrejos, ni te digo, hasta por debajo de la pata. La Olla Ferroviaria, punto y a parte. La feria del queso, del pimiento, la seta y el chorizo. Y, después, un equipo sanitario puesto al día para lo que puede y suele sobrevenir tras tanto desarrollo de las partes circunvalacionales.
En fin, ¡joya de munícipes! Una lástima que no se hayan enterado de que ya hubo dos cambios de siglo desde entonces... porque, con lo emprendedores que son, sabe Dios lo que serían capaces de hacer si aterrizasen en el siglo que viven...
Ya digo, mirando hacia atrás sin ira.
Coda.- De nuestro poeta local, Ángel Huidobro Rucandio.
A las seis de la mañana/ cuando el sol sale en la cumbre/ hay más pollas en los chochos/ que pucheros en la cumbre.
lunes 27 de
octubre de 2008
In
memorian
Declina ya el otoño con su inevitable sinfonía de amarillos.
Los chopos de la ribera y todo eso. Y sobre todo el membrillo que resiste en el
jardín. Único superviviente a las ya largas noches heladas. Le miro una y otra
vez y se me amontonan los recuerdos. "El
sol del membrillo" que Jacobus
evocó, ya va para un año, de manera tan touchante.
Al menos, para mí, que allí aparece Enrique, viejo amigo ido... "Sabes lo
que pienso: ¿No te das cuenta de que si esto no fuera tan serio sería cosa de
mucha risa?". Ese era su estilo. Y de Enrique salta el recuerdo a Vitoriano, también ido. Enrique y Vitoriano, los hermanos Gran. Dos fuerzas de
la naturaleza. Esos meteoros de Enrique, perdidos en la inmensidad del
universo... y esos caminos de Vitoriano,
hacia un horizonte incierto, pero siempre naif.
Uno con estudios y el otro sin ellos, pero ambos igual de artistas, igual de
atormentados, igual de insaciables en su sed de vida. Se diría que por eso la
agotaron tan pronto, pero ya cumplida. ¡Que Zeus
les acoja en su Olimpo! Seguro que sí.
martes 28 de
octubre de 2008
La
rosa de los vientos
"..., y veía a Jesús que
trabajaba al pie de una montaña mientras Lao-Tse ya había llegado a la cima;
veía a un joven exaltado que quería cambiar el mundo y a un anciano que con
resignación paseaba la mirada a su alrededor, tejiendo su eternidad con el
retorno al origen. Veía a Jesús que, con sus rezos, conjuraba la realidad para
que ocurriese un milagro, mientras Lao-Tse, en el libro del camino, se aferraba
a las leyes de la naturaleza y adquiría con ello docta ignorancia."
Bohumil Hrabal.
Bohumil Hrabal.
Jesús mira hacia arriba; Lao-Tse, hacia adentro. Jesús quiere cambiar el mundo; Lao-Tse lo quiere comprender. Jesús es un fanático insatisfecho; Lao-Tse, un conservador curioso. Jesús se desgañita; Lao-Tse se resigna. El frenesí de occidente y la parsimonia de oriente.
Desde luego que esto de las religiones da de sí una barbaridad para ayudar a clasificar los comportamientos humanos. Según como sea el rollo que le meten a uno de pequeño, así va luego a actuar a lo largo de su vida... o algo así. La religión, esa pieza decisiva de lo que se ha dado en llamar "la cultura de los pueblos". "Nuestra cultura", para ser más precisos.
Total, que andaban en los Balcanes por aquel entonces matándose los unos a los otros por un quítame allá esas pajas. Y uno quería saber el porqué de tanto dislate. Leía y leía y lo único que parecía tener sentido era siempre salido de la pluma de los teólogos. Y como quise profundizar un poco más fui a por aquel libro que había visto en un escaparate de la calle Princesa: "Historia de las Religiones" de Mircea Eliade. Lo leí de cabo a rabo. Bien, no les recomiendo que repitan semejante hazaña. Las religiones, todas, una y la misma patochada. Entre esa docta ignorancia de Lao-Tse y esa impaciente sabiduría de Jesús no hay más diferencia que la existente entre dos estados de ánimo circunstanciales y complementarios por los que pasa a lo largo del día cualquier individuo que se precie de tal.
Así que, digo yo, buenas ganas de andar a hostias por un quítame allá ese copón. O ese cáliz, que da igual.
viernes 31 de
octubre de 2008
Que
pucheros en la lumbre
La verdad es que uno ya no está para que le llame la atención casi nada, pero como de algo hay que ocuparse para que no se te caiga encima el firmamento, pues voy y me fijo en esta foto con la que ABC ilustra la noticia de una cumbre que por lo visto están teniendo los mandamases de lo que se ha dado en denominar Comunidad de Países Hispanoamericanos.
Ver la foto, relacionarla con la palabra cumbre, y acordarme de los famosos versos del poeta local, Ángel Huidobro Rucandio, todo ha sido una... ya saben, aquellos que citaba el otro día: ...cumbre/ hay más pollas en los chochos/ que pucheros en la lumbre.
Bueno, me he dicho, esos cuantos duros que nos cuesta el evento a cada contribuyente por lo menos, en esta ocasión, van a servir para algo. Se van a relajar los unos y las otras y van a dejar por unos días de darnos la lata. Porque después de ese morreo no puede venir otra cosa que unos cuantos polvos. Y el Rey, que va a poder mirarlo todo, que ya se sabe que la vista siempre es joven, y hasta, quién sabe, a lo mejor alguna, o alguno, le hace un trabajillo fino para que regrese a casa con el fusil más limpio que una patena, como le gusta a Zapatero que queden los Estatutos de Autonomía. Ahora que, el que lo va a tener peor, que ya se le ve como descolgado, es el Ortega ese, que como sólo le van las impúberes... pues eso, que sería dar mucho el cante ponerse allí a practicar.
Y para despistar, van y dicen que hay división de opiniones respecto a la cosa de "la crisis". Bueno, ni de coña, eso sólo lo dicen, ya digo, para despistar. Crisis la tendrán los pringaos, que lo que es nosotros... fíjate si andaremos bien que hasta en avión privado hemos venido. ¡Como Dios, tío!
En fin, y eso en el ABC, que es tan serio... y decente. Los otros ya no quiero ni pensar.
martes 4 de
noviembre de 2008
Disciplina
inglesa
Perdonen. Hoy ando no sé si jaquecoso o simplemente vago y por eso me voy a dedicar al copia y pega. Bueno, quizá así consiga más enjundia que la que suelen tener mis partos mentales.
El origen de las aportaciones es el blog de Arcadio Espada
El jeremiaco:
Correspondencias / Manuel Gómez Martínez
La fustigadora:
Correspondencias / Ana Nuño
Leo la siguiente perplejidad en uno de tus corresponsales:
“¿Porqué se abomina tanto de la conjunción de socialismo económico y democracia política, si son plantas que nunca, ni en ningún lugar, se las ha dejado florecer juntas?”
Nunca antes había visto con tanta claridad enunciada lo que podría llamarse la falacia epistemológica de las izquierdas, sea cual sea el pelaje del que se reclamen: si el socialismo, el comunismo, el anarco-sindicalismo, la socialdemocracia (¡hasta ella, modosita pareja de baile en los festejos de la Historia!) no han cumplido sus luminosas promesas de radiante porvenir para la Humanidad, es porque “no las dejan”.
¡Pobres! Siempre víctimas de la mano oculta del capital y sus múltiples tentáculos, de los anglosajones rebosantes de perfidia protestante y capitalista a los avariciosos judíos, tan cosmopolitas como insolidarios con los humildes trabajadores de otras confesiones.
O sea, que también es posible hoy reivindicar una “socialdemocracia con rostro humano”. ¡Otra socialdemocracia es posible!
¿Pero cómo, por más que una lo intenta, tomarse en serio a estos socialdemócratas? Los mismos que llevan años rasgándose las vestiduras porque Margaret Thatcher, ese monstruo con faldas, desmanteló el “Estado del bienestar” en Inglaterra, aullando porque Suecia abandonó hace años la prístina doctrina socialdemócrata de Olof Palme, clavándose puñales en el pecho porque Reagan le puso precio a los restos del naufragio del New Deal… ¿Y ahora resulta que a la socialdemocracia, con todo y sus altares cuajados de santos (John Maynard Keynes, John Kenneth Galbraith, nuestro querido Felipe González, el tan estimado por los venezolanos Carlos Andrés Pérez, el tan adorado por los quebequeses René Lévesque), no “le han dejado tener” su oportunidad y sus cinco minutos de fama?
Hay días, querido, en que bendido doblemente el espacio de tu blog: cuando, al placer de siempre leerte, se añaden estos espléndidos guiones de política ficción.
Un abrazo,
Ana
viernes 7 de noviembre de 2008
The deadliest fart of the History
Reconozco que ha sido muy emocionante todo eso de la
elección de Obama. La cosa ya venía de hace un año o así y la verdad es que el
interés de la ascensión no sólo no ha decaído un instante sino que fue
aumentando progresivamente a medida que la película avanzaba. El protagonista
cada vez caía mejor a más gente, porque, qué caray, se lo merecía y de qué
modo. Tesón, inteligencia, temple... daba gusto verle cruzar los escenarios,
mezcla de Gregory Peck y Sidney
Poitiers, con esa elegante
desenvoltura... en fin, para qué seguir si ya lo han visto todos ustedes.
Y luego esos debates con Mac Cain. ¿Qué sentido de la dignidad democrática? Se notaba bien que no eran enemigos. Simples adversarios en el juego de las instituciones. Nunca se les vio gestos de fastidio o desprecio. Al revés, sus saludos y alusiones mutuas daban la impresión de cordialidad, incluso de afecto. Visto desde aquí, con lo que nos tienen acostumbrados, enternecedor.
Pero es que, además, como si el fuego no tuviese ya bastante leña, se daba el caso de que "el ídolo" venía a liberarnos de los desaguisados del villano. ¡Y qué villano, madre mía! Ocho años o así, casi toda la prensa del mundo y demás enterados, dedicada a demonizarle. El "pelele" perfecto. Y para colmo siempre dándose coscorrones cada vez que tenía que pasar por la puerta del helicóptero presidencial. Malo, tonto, inculto, ladrón... no sé si se puede pedir más. Moriarti, Fumanchú, aprendices a su lado. En fin, que todo cuadrará... hasta que, como no podrá ser menos, empiece el aterrizaje.
De hecho ya empezó la operación de toma de contacto con la torre de control. Decía uno, francés él, de los que tanto saben de todo, refiriéndose a Irak, que aquello continua siendo un bourbier. No se crea, le contestaba otro no menos enterado, aquello ha mejorado mucho -y la tele daba entonces imágenes de una ciudad, Badag, en plena efervescencia comercial-. Pero ese cambio, de una persona ignorante a otra culta... idealizaba un enamorado. No sé en que se basa usted para sus apreciaciones: Obama pasó por Columbia y Bush por Yale y Harvard, repondía un escéptico cartesiano. Lo que pasa, decía otro, es que el Emperador decidió llevar la guerra al limex, lejos de casa. Nada nuevo por otra parte, todos los Emperadores de la historia lo hicieron cuando empezaban a pintar los bastos. La guerra en el limex, apenas desgasta al Imperio... por mucho ruido que hagan los medios de comunicación.
En fin, ya digo, conviene observarlo todo desde la distancia porque nunca se sabe en que va acabar cualquier acción que en principio parecía inocente, o malvada, o saslvífica, y clara. Sea Irak, sea Obama sea lo que sea. Hay muchos imponderables siempre que impiden la previsión clara y las deducciones contundentes. Les pondré un ejemplo para redondear:
Cuenta Flavio Josefo, historiador muy recomendable por cierto, que por aquel entonces andaban los judíos celebrando la fiesta del pan ácimo. En previsión de posibles tumultos se le ocurrió al gobernador romano de la ciudad que sería prudente apostar un cuerpo de guardia en lo alto del templo. Del Templo de Salomón, por supuesto. Bien, pues allí estaban aquellos guardias y los judíos que merodeaban por la famosa explanada les increpaban para entretenerse. Txacurra y cosas así me imagino que les dirían. Entonces, uno de aquellos guardias, por motivos que se desconocen, se puso de espaldas al respetable, se inclinó hacia delante, se subió la túnica, expuso su culo y soltó un sonoro pedo. ¡La que se armó! Los judíos se lo tomaron de pena y empezaron la gresca. Resultado final: diez mil muertos.
Nunca se sabe.
martes 11 de
noviembre de 2008
Atapuerca,
Neanderthal, Cromañón y otros intelectuales orgánicos.
Bueno, no me importa reconocerlo: lo mejor de mi "cultura" se lo debo a la televisión. Un día tras otro, no paro de ilustrarme con sus emisiones. El caso es que en cierta ocasión estaba viendo a un Neandertal tratando de agarrar un pez, así, a lo bestia, en plan Jeremías Johnson al comienzo de su duro aprendizaje por las Montañas Rocosas, por poner un ejemplo de todos conocido. Bien, pues lo mismo que a Jeremías se le acerca por detrás el viejo sabio de la montaña para darle un par de consejos esclarecedores, al Neanderthal le sorprende un tipo raro, el Cromañon, que viene con un dispositivo en la mano, un arpón, con el cual agarra el pez con suma facilidad. Bueno, ahora dicen que el Atapuerca fue sorprendido por las habilidades del Neanderthal, y, así, hacia atrás, sabe Dios hasta donde vamos a llegar.
Sabe Dios, aunque nosotros lo podemos suponer. Quizá a Puerto Urraco, o Liermo, o la Camorra napolitana, o los obreros de Nissan, o a cualquiera que siente sus intereses personales en peligro y se pone el mundo por montera.
Es muy curioso lo que está pasando y, para qué engañarse, lo más seguro es que nunca dejó de pasar. Me refiero a la alegría con la que se amenaza de muerte al prójimo a poco que éste se interponga en el camino de cualquiera. Pondré ejemplos para que no se me tache a la ligera de exagerado.
Resido una temporada en una aldea de Cataluña en donde, de la docena de casas habitadas, más de la mitad son segundas residencias. Bien, eso no quita para que la Guardia Civil haya tenido que ir a retirar las escopetas a los, por así decirlo, autóctonos del lugar por que entre ellos se han lanzado torvas lindezas que hacen presagiar lo peor. Y todo por cuatro rastrojos que no darían ni para una docena de huevos.
Sigo mirando la tele y quedo fascinado por la fuerza del discurso de una señora blanca de mediana edad. Se trataba del acto de fundación de un nuevo partido político en Suráfrica. El nuevo partido nace de una excisión del ANC, el partido que fundó Mandela, Premio Nóbel de la Paz por méritos propios de sobra demostrados. Bien, pues las razones que esgrimía la citada señora no eran otras en esencia que la insoportable afición que han cogido los miembros dirigentes de la ANC a amenazar de muerte a los miembros del partido que no se pliegan a las consignas de la dirección. Amenazas, todo hay que decirlo, que no caen en saco roto sino todo lo contrario: con más frecuencia de lo deseable llevan al puerto prometido.
Y luego por la tarde, ya lo tengo dicho, salgo a pasear por el campo con los Proscritos. Y escucho sus historias. Una detrás de otra. Curas libidinosos, funcionarios corruptos, mujeres casquivanas, hombres calaveras... y mucho: "a ese había que matarle". O cortarle el cuello, que también vale. Resulta que por aquí, cuando aquella concentración parcelaria decimonónica que hizo el gobierno hace medio siglo o así, nadie quedó satisfecho. Todo el mundo pensó que los agrimensores habían favorecido al colindante porque éste les había untado previamente. Y claro, también entonces la Guardia Civil tuvo que retirar muchas escopetas en previsión de males mayores. Y todavía es hoy el día en el que medio pueblo no se habla, o lo hace de mala manera, con el otro medio por aquellos polvos.
Bueno, y a día de hoy tenemos a esos obreros, o exobreros ya, de la Nissan que se ponen a romper lo que sea con la peregrina justificación de que no hay derecho a que a la gente no le dé la gana de comprar los coches que ellos fabrican. Sí, es normal que estén deshechos moralmente, e incluso cabreados, pero de ahí a ponerse así, en plan patrocinador del Caos que todo lo iguala...
Ustedes me dirán. Yo desde mi confortabilidad de jubilado lo observo con preocupación.
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