jueves 1 de
abril de 2010
El
arte de provocar
Aunque tienda a confundirse, provocar no es lo mismo que pseudoprovocar. Por ejemplo, Geert Wilders, ese holandés, va y dice que la religión musulmana promueve la violencia y que el Corán es igual que el Mein Kampf. Entonces se levanta una nube de indignación. Responsables políticos de todos los colores y lugares, periodistas de todos los pelajes, ponen el grito en el cielo, le llaman lo peor que se puede llamar a cualquiera, proponen retirarle del campo de juego... pero, luego, vienen las elecciones y el tipo no para de ganar escaños. Señal evidente de que cuando dice esas barbaridades oficiales mucha gente piensa que no está haciendo más que decir la verdad que otros no se atreven a decir por cobardía, hipocresía, o sabe dios qué ocultos intereses. Sea como sea, verdad o no, a medias o a enteras, funciona como auténtica provocación que recoge frutos y paga peaje de seguridad.
Nada que ver en cualquier caso con lo que se estila en esos programas de televisión tipo "Caiga quién caiga". Provocación simpática se podría decir. Lo cual, no sé, pero me suena a antítesis. Porque la provocación se me antoja que es siempre antipática. Vamos, que sus promotores no suelen ir por ahí como gente guay despertando la admiración del majetismo internacional. En fin, pseudoprovocación le llamaría yo a ese tipo de pasatiempo pegajoso, alimento para ingenuos.
En cualquier caso, difícil distinguir a veces. Porque de la verdad desagradable para unos a la seudoverdad simpática para otros no suele haber en muchos casos grandes distancias. La ideología lo embarulla todo. Y sobre todo los miedos.
Y en esas estamos, tratando de separar el grano de la paja. Los verdaderos de los pseudoprovocadores. Y entonces va y aparece por ahí ese sujeto llamado Salvador Sostres. Escribe bien, eso es indudable. Y su apariencia es de eso que llaman extrema derecha. Nacionalista catalán furibundo. Aficionado a los toros. Azote de sindicalistas y oenegés. Monárquico confeso. Hobbesiano rabioso. En fin, que el que quiera saber lo que muchos piensan pero nadie se atreve a decir, conviene que lo lea. Porque provoca. Adhesiones o arcadas.
Así, por ejemplo, refiriéndose a Isabel II:"La cara de casi asco que pone cuando saluda a la chusma es de una total tensión espiritual, tan agradable de ver en tiempos campechanos."
¿Verdad o mentira? Provocador en cualquier caso.
lunes 12 de
abril de 2010
MISA NEGRA
Ayer vino Isidoro. Con dos botellas de Ribera del Duero y el libro MISA NEGRA de John Gray bajo el brazo. Hacía un día radiante, así que, tras unas cuantas frases de mutua puesta a punto, tomamos la decisión de irnos a pasear por la montaña palentina. Ni que decir tiene que la belleza del paisaje primaveral nos conmovió. Los brotes plateados de los sauces, la sensación de fino encaje que produce la masa arbórea recién estallada y, en fin, hasta las contorsiones amenazantes de una víbora a la que decidimos perdonar la vida cuando, ya de regreso, bordeábamos las aguas turbulentas del alto Pisuerga.
Subimos y bajamos entre robles forrados mayormente de líquenes y, se diría, en ningún momento sentí el esfuerzo de la ascensión. No por nada, claro está, es que Isi te dopa con su conversación. Da igual de qué se trate, siempre se las arregla para destacar los diversos matices del tema, agudizar las contradiciones, buscarle las ironías... conversador en definitiva de café vallisoletano de los gloriosos sesenta. En esta ocasión, como en tantas otras, se trató del último libro leído. Una historia verdadera de los grandes inventos de la humanidad. Biografías contrastadas de los grandes genios: Newton, Cavendish, Henley, Leibniz, etc.. Bueno, en la medida de lo posible traté de contrapuntearle con mis recientes adquisiciones en el terreno de la ciencia matemática. De retirada ya, nos preparamos una ensalada y abrimos una botella de ribera. Recordamos viejos tiempos, concordamos opiniones, exaltamos la amistad, pero, ni cantamos regionales, ni tuteamos a la autoridad, ni insultamos al clero. Fuimos comedidos. Con las últimas luces del día se fue para Santander.
Así que esta mañana, apenas superadas las primeras obligaciones que me tengo autoimpuestas, he agarrado el libro de Gray y le he pegado un buen meneo. Ya conocía a ese tipo. De hecho tengo su blog entre los favoritos de mi ordenador. Entre las páginas anglosajonas, concretamente.
Me parece un gran teórico que cojea cuando elige los ejemplos con los que pretende demostrar su teoría. Ahí, es como si a fuerza de repetir una opinión nos quisiera convencer de que nos está diciendo una verdad incontrovertible. En fin, para no caer en el mismo error que critico, será mejor que me erija en un Karl Krauss de pacotilla e intente, como se dice ahora, deconstruir un párrafo que me ha parecido significativo de lo que vengo de teorizar:
"Pero las creencias, los movimientos y los regímenes milenaristas son tres cosas distintas. Los movimientos milenaristas sólo llegaron a desarrollarse en circunstancias históricas muy definidas. En algunos casos se dieron en condiciones de desarticulación social generalizada, como en la Rusia zarista y en la Alemania de Weimar posterior a la Primera Guerra Mundial. En otros siguieron a un único proceso traumático, como ocurrió en Estados Unidos con el 11-S. Los movimientos de esta clase suelen estar vinculados a catástrofes. Las creencias milenaristas, por su parte, constituyen síntomas de un tipo de disonancia cognitiva en la que se rompen los lazos normales entre la percepción y la realidad. Por último, en Rusia y en Alemania, la guerra y el colapso económico produjeron regímenes milenaristas en toda regla, mientras que en Estados Unidos, un atentado terrorista sin precedentes propició un estallido milenarista que comportó una guerra innecesaria y un giro en la constitución del país. El momento y la forma en que las creencias milenaristas se convierten en fuerzas decisivas de la política depende de los accidentes de la historia."
¿Quién podría discutir que es la desarticulación social generalizada la que lleva a las soluciones milenaristas? Lo mismo que cuando sostiene, en otros párrafos, que tan religión es el cristianismo como el comunismo, el nazismo, el laicismo, etc.. Pero meter en el mismo saco a la Rusia postzarista y la Alemania postweimar con los EEUU post11-S me parece tan traído por los pelos que casi mueve a risa cuando no a compasión. Que yo sepa los estadounidenses no salieron a la calle a matar a todo musulmán que se les pusiese por delante. Y en EEUU, bien que se hicieron algunas puntualizacines sobre seguridad en los aeropuertos y así, siguieron imperando las mismas leyes de siempre. La constitución, creo recordar, no cambió para nada. ¿De dónde esa afirmación entonces? ¿Whisfull thinking para que encaje la teoría? Lo mismo que me gustaría saber en qué se basa para decir que la guerra era innecesaria. Una afirmación de tal tipo sin exponer los argumentos es, a mi juicio, una patochada. Porque argumentos, los que surfeamos por todo tipo de medios, los hemos escuchado de todos los colores. Y unos más convincentes que otros, pero no siempre en la misma dirección. Al fin y al cabo, Oriente Medio tiene un interés geoestratégico definitivo en un mundo en el que empiezan a escasear las fuentes energéticas. Así que, ¿a qué extrañarse que la potencia hegemónica quiera hacerse con el control de la región? Según ciertas opiniones el 11-S habría servido de excusa para lanzar una operación pensada de antemano. Lo mismo, o parecido, que Pearl Harbour sirvió para declarar la guerra a un Japón al que todo el mundo estaba deseando pararle los pies. En fin, es lo mismo que comparar a George Bush con Ahmedinyad. ¡También son ganas! Le mandaba yo a este señor a vivir como ciudadano de a pie a Teherán una buena temporada. Y después hablamos.
Bueno, Isi, estoy seguro de que sabrás perdonarme el rollo. Estoy disfrutando el libro. Creo que viene como de molde para explicar mucho de lo que pasa en esta "exitosa" España de las Autonomías.
viernes 16 de
abril de 2010
Número
áureo
Uno echa un vistazo a la actualidad y encuentra bien poco con lo que entretenerse. Larry King se divorcia por séptima vez. Prueba irrefutable de que los seres humanos pueden ser inteligentísimos para unas cosas y perfectamente imbéciles para otras. ¡Siete veces! Y además, parece que le van las femme fatale. Lo que se habrá gastado el tipo en afeites y cirujías para sus sucesivas señoras. Bueno y también en Viagra. Claro que tampoco sé lo que hubiese hecho yo en su lugar, con toda su pasta y todo su poder.
Por otra parte tenemos a esa pobre chavala que no le dejan entrar en la escuela por llevar pañuelo en la cabeza. Bien, cuando yo era mozo, había una moda -creo que venía de Brigitte Bardot- consistente en llevar el pelo cardado y tapado con un pañuelo. Un poco trabajoso, pero resultón. Y esa pobre chica que ni siquiera se carda, sólo se tapa. Total, a quién le puede importar. Un poco necia, sin embargo, sí que me parece. No por nada sino por esa necesidad de ir dando pistas al enemigo. Con lo bien que se las apañan los camaleones.
Luego todo ese rollo con lo de Garzón. Un repique de broquel a manera
de levada pa ojear unos garzones,
dice un personaje de La Celestina. No sé qué quiere decir. Tampoco sé lo que
pretenden con todo ese follón del juez estrella como no sea distraerse de lo
que les concierne. De todas formas, tiene su interés fijarse, desde una
perspectiva lambrosiana, en los tipos
que acuden a esas manifestaciones con pancartas y banderas republicanas. Me
recuerdan a un tipo que conocí en Salamanca que le llamaban "Pedro
Pancartas". Un buenazo que no se
perdía manifestación. Pero ésta es otra historia.
Total, que puestos a quedarse con algo me quedo con esto. El número áureo. Un palo -1- que parto en dos trozos. A uno le llamo x y al otro, por tanto, (1-x). Para que la relación entre los dos sea áurea les pondremos de tal guisa: 1/x= x/(1-x). Operen. Ecuación de segundo grado y tal. X=0,6180339887etc. Bien, pues ahora la relación entre el palo y el trozo x. 1/x= 1,6180339887. ¿Se dan cuenta de la magia? Es como si en vez de dividirlos les subiésemos sumado. Y quizá por eso sea que gusta tanto esa proporción. En fin, no sé, a lo mejor sólo he dicho tonterías.
En cualquier caso, ya digo, menos ojear garzones y más mates. El otro día me mandó mi hermana Marifé un problema hermoso. Se lo reproduzco:
1 1 1 = 6
2 2 2 = 6
3 3 3 = 6
4 4 4 = 6
5 5 5 = 6
6 6 6 = 6
7 7 7 = 6
8 8 8 = 6
9 9 9 = 6
El juego consiste en poner los signos necesarios entre o sobre los números para que cuadre el resultado. Por ejemplo:
2 + 2 + 2 = 6
lunes 19 de
abril de 2010
La
semilla del diablo
-Sí, pero no es lo mismo.
-¿En qué sentido no es lo mismo?
No, la fotografía no está tomada en el Loch Ness. Es de aquí, de al lado de casa. Coges, agarras la bicicleta, la subes al tren y en media hora ya estás a la orilla del lago. Lo demás depende de ti.
Bueno, el hecho de que este año haya sido tan frío y haya caído tanto del cielo, también ayuda. Con fondo de montañas nevadas, el verde rutilante de las praderas se sumerge en el azul plomizo de las
aguas. Unos bóvidos, unos équidos, par-ci-par-là pastando. Las ruinas de una iglesia lamidas por las aguas. Pequeños caseríos con aire somnoliento. Y al final del recorrido, en un pueblo fantasmal, El Puñao, figón al margen de toda sospecha.
No, no es igual. Es mucho mejor. Cerca de casa. Precios asequibles. Tráfico mortecino. Ausencia de autobuses de "insersatos"... y una larga lista de ventajas que callo para no animar al personal y que se nos acabe poniendo como todo lo demás.
No, no quiero ser una vez más la semilla del diablo.
miércoles 21
de abril de 2010
Villalar
y los chicos combativos
Por razones que no vienen a cuento, los miércoles por la mañana los suelo pasar en Aguilar. Una vez allí, antes que nada y a modo de preparación para lo que luego vendrá, entro en alguna cafetería a tomar un café y un pincho de tortilla. Españolidad obliga. Últimamente solía parar en El Siglo XX, famosa en toda la comarca porque una vez pasó por allí a tomar café Unamuno. Pero el miércoles de la semana pasada cometí el error de observar al camarero mientras preparaba mi comanda. Agarró el pincho haciendo pinza con un cuchillo y su dedo gordo y luego tosió hasta quedar a gusto sobre la batería de tortillas. Hasta aquí hemos llegado, me dije. Se lo conté a Rafa, de la hermandad de Los Proscritos, y de inmediato me recomendó que fuese a la pequeña chocolatería que hay en una de las calles que desembocan en la plaza. "Chococuit" se llama. Ya había entrado una tarde allí a tomar chocolate con churros y estaba hasta arriba de gente. Pues bien, hoy, de entrada, me he dirigido allí y, pincho y café aparte, les quiero contar la curiosa escena que he presenciado.
Ha entrado un treintañero con pinta de dinámico. Playeras deportivas, pantalón vaquero, camisa holgada, bigotillo, tupé, y fumando sin parar. Ha pedido un café al dueño del establecimiento y ha sido atendido inmediatamente . Entonces, por entrar en conversación o lo que sea, ha dicho al dueño:
-¿Qué, vas a ir el viernes a Villalar?
-No se me ha perdido nada allí. Nunca he ido ni creo que vaya a ir.
-Pero allí les cortaron la cabeza.
-Me da igual, no me interesa nada. Nunca he ido allí ni iré.
-¿Es que no te importa la memoria?
-Nada. He borrado el disco.
El chico dinámico, vista la receptividad de su contertulio, ha apurado el café y ha salido a toda mecha. Y el dueño, entonces, le ha echado una mirada por encima de las gafas. Una mirada de esas que inequívocamente quieren decir: petit salopard, espèce de con, jodido bastardo, tonto el culo los c..
En fin, es difícil entender todo esto si no tenemos en cuenta que el próximo viernes se celebra el día de la Comunidad de Castilla-León. Y como cuando compusieron el invento necesitaban algún tipo de simbología para hacerle medianamente creible, pues fueron y se agarraron a lo de los Comuneros, unos señores que hace muchos años se enfrentaron al poder del monarca porque querían mantener sus privilegios medievales. Unos reaccionarios en definitiva que fueron derrotados por el monarca en la batalla que tuvo lugar junto al pueblo de Villalar. Derrotados y ajusticiados, es decir, miel sobre hojuelas para ese puñado de "milenaristas" castellanos que, agarrando al vuelo la ocasión, han decidido hacer de Villalar su particular Jerusalén Liberada. Ya saben ustedes que, en mayor o menor medida, imbéciles los hoy en todos los lados.
El caso es que residiendo yo por entonces en Salamanca, solía acudir a comer a El Bardo, un restaurante que compartía medianera con la Casa de las Conchas y hacía frente a la Pontificia. Llegabas allí y te sentabas en cualquier mesa en la que había un lugar vacío. Casi todo el mundo se conocía. Profesores de segundo rango, artistas tronados y así... el ambiente era agradable y no pocas veces la conversación de sobremesa se prolongaba en un café de la Plaza Mayor. Bien, pues en una de esas, un día, tenía yo de comensales a Pepe Stalin y a Mariela. No era por casualidad que aquellos dos anduviesen juntos. Mariela era Vicedecana de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana y estaba en Salamanca para redactar una tesis doctoral que versaba sobre los derechos de autor. Una incongruencia, si bien se mira, porque, por definición, comunismo y derechos de autor se tienen que llevar a matar. Por su parte, Pepe Stalin era profesor de Historia Contemporánea en la Facultad de Historia de Salamanca. Pero, además, era la cabeza visible de un partido político que, aparte declararse hermano de sangre de Batasuna, reivindicaba la independencia y vuelta a los viejos fueros para Castilla. Ni que decir tiene que tal partido lo componían cuatro gatos desarrapados cuya única misión en esta vida era pasear banderas republicanas por Villalar el día de marras. Bueno, a lo mejor también asaban sardinas o algo por el estilo. Total, que no sé a cuento de qué, aquel día en El Bardo, se me ocurrió decir que el régimen cubano era una dictadura. Nunca lo hubiese dicho. Se me tiraron a la yugular los dos. Profesor de historia el uno, leguleya la otra, al fin y al cabo. Les dije algo de Atenas, algo de Esparta... no les convencí de nada sin duda, pero quedamos amigos. Salamanca era así.
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